Cuando hablamos en una fecha como esta de educación financiera el común de los mortales acude en seguida a los “lugares comunes”: compra y venta de acciones, fusiones, adquisiciones… y un montón de palabras en inglés como: rating, stock options o swaps.
Hay, sin embargo una serie de cuestiones que no se suele tener en cuenta cuando hablamos de educación financiera: ¿Qué efectos tiene sobre los agricultores de mi comarca que compre la fruta del próximo verano a unprecio cerrado hoy? ¿Cómo afectará en la salud de la comunidad que aumente el número de coches eléctricos que circulan por la ciudad?
No es cierto que las finanzas tengan una utilidad por sí mismas independientemente del tejido social y productivo en el que se desarrollan. Estudiar de modo separado el sistema financiero de la estructura productiva termina haciendo que estas cosas pasen desapercibidas. Como consecuencia, hablar de finanzas en la educación parece muy neutral si hablamos de entidades financieras en genérico.
Desde Banca Ética Badajoz, entendemos que las finanzas solo son útiles si sirven para dirigir el ahorro a facilitar la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía. Por eso nuestro compromiso con la educación financiera va más allá de advertir de los riesgos de unas tarjetas de crédito con intereses tan altos que nunca se terminarán de liquidar. También tratamos de mostrar formas de ahorro comunitario alternativas a la banca tradicional.
No todas las personas tienen acceso a esa banca tradicional bien por las barreras tecnológicas (banca electrónica y cierre de oficinas), bien por las barreras administrativas que se suelen crear en torno a quienes no son rentables. Denunciar esta circunstancia también es parte de la forma de actuar de Banca Ética Badajoz.
Por todas estas cosas, junto con otras entidades y redes de la economía social y solidaria suscribimos Carta abierta a favor de una educación económica crítica, plural y ética
<https://redefes.org/carta-abi
y os invitamos a que os adhiráis a la misma.
